




Aprendí de la vida que debía cuidarte, colocarme entre tu cuerpo y el mordisco, oler tus silencios y el más mínimo gesto, protegerte sin necesidad de un peligro, quererte entero y sin fisuras, sin errores, con la tranquilidad que da amar a quien te ama. Elvira Sastre- A los perros buenos no les pasan cosas malas.